”El conocimiento reside fundamentalmente en las personas y se enriquece cuando se comparte”. ¿Cómo podemos mejorar nuestras capacidades para examinar “lo que es”, para explorar “lo que podría ser”, para juzgar “lo que debe ser”, para evaluar “lo que ahora es posible que sea”, para decidir “lo que nos vamos a comprometer a hacer ahora”, y para actuar en algo que se convierte en un nuevo “lo que es”? Si querés encontrar algunas respuestas a estas preguntas, te invitamos a visitar el blog con contenidos de nuestra autoría que actualizamos frecuentemente.
Muchas veces cuando hablamos de diseño existe una percepción errónea. Para la mayoría de las personas el diseño es simple y sencillamente hacer algo bonito, en otras palabras, un ejercicio meramente estético.
La sociedad de hoy vive una realidad transformada, en respuesta a múltiples factores de cambios culturales, tecnológicos, económicos, políticos, y demás…
Un espacio que fomente la creatividad debe abrazar la tolerancia al error y no sólo la resolución de problemas, sino también el desarrollo de nuevas preguntas.
Quienes trabajamos desde hace algún tiempo en el ámbito de la innovación y del emprendedorismo, no solo estamos familiarizados con herramientas visuales como el lienzo de modelos de negocio, sino que las hemos internalizado de tal manera que su empleo ya nos resulta algo natural.
Algunos negocios fracasan por falta de estrategia. Otros porque no se saben vender. Otros porque no se diferencian. Y todos, porque no crean valor para el cliente.
Tras la crisis económica que mantuvo en tensión a varios países europeos, a partir de la segunda década del siglo XXI comenzó a hablarse de tres posibles enfoques para “intentar” contrarrestar la situación competitiva de las empresas: retirarse, resistir y reinventarse.
Kanban es por sobre todas las cosas, un método visual para gestionar el trabajo que permite equilibrar la demanda entre lo que hay por hacer con la capacidad disponible para hacer. Una herramienta sencilla para controlar lo que se hace, en qué cantidad y cuándo, merece una chance para su uso.
Con tantas ideas en circulación es bastante probable que nuevos proyectos de negocios salgan a la luz. Como ya sabemos, ninguna idea es buena o mala hasta tanto no la pongamos en práctica. ¿Cómo evitar entonces los errores de arranque? La validación es la clave.
Dentro del conjunto de métodos ágiles que encabeza el Design Thinking, existe uno muy peculiar llamado Visual Thinking. Aunque el Pensamiento Visual es un concepto de moda, ha sido utilizado desde la antigüedad.
Hablar de Scrum en un deporte como el rugby es algo muy común. Pero hacerlo en el ámbito de la administración de empresas y la gestión de proyectos es totalmente distinto.