Nos entusiasma el hacer. Pero somos conscientes que con eso no basta y que además se necesita un método. Seguimos un camino, un modo de hacer las cosas ordenadamente, un procedimiento para buscar y encontrar soluciones de manera creativa. Porque si queremos lograr resultados diferentes, no podemos seguir haciendo siempre lo mismo.
Hemos logrado construir un proceso de consultoría con un enfoque creativo. El cómo constituye nuestro andamiaje y hace referencia al sistema por el cual satisfacemos las principales necesidades de nuestros clientes con servicios profesionales. A través de acciones bien concretas estructuradas en etapas y fases, materializamos lo qué hacemos.
Hibridamos y concebimos un modelo de intervención basado en Design Thinking o Pensamiento de Diseño, realizando las iteraciones necesarias para obtener retroalimentación y mejorar las intervenciones a medida que avanzamos en un proyecto.
Con un enfoque sistemático de la innovación, empleamos procesos cognitivos combinando capacidades para detectar necesidades, definir nuevos desafíos, enfrentar problemas complejos, generar ideas, buscar soluciones y realizar testeos hasta obtener la mejor alternativa.
Aunque se estructura de manera lineal, ejecutamos un proceso iterativo con pautas que se exteriorizan en un modelo predeterminado con secuencias activas, interpretando lo que es deseable desde el punto de vista de las personas, atendiendo lo que es técnica y organizacionalmente factible, y considerando lo que es económico y financieramente viable.
Combinamos lo mejor de diferentes sistemas e impulsamos la hibridación cambiando actitudes, fomentando a personas con conocimiento en distintos ámbitos para desarrollar habilidades para conectar ideas, crear y pensar cosas, explorando territorios poco comunes y muy dispares, adoptando nuevas tecnologías, proponiendo vinculaciones con diferentes sectores y generando conexiones con personas diferentes, pues la diversidad de disciplinas y de conocimientos potencia la creación.
Tras la aplicación de iteraciones, es decir, de mejoras en la propuesta hasta satisfacer las necesidades de nuestros clientes mediante ajustes progresivos, entregamos una versión final de la alternativa de solución, buscando que se materialicen los resultados. Esta es la parte más importante del proceso y sin embargo, suele ser la más olvidada.
Nos focalizamos en entender a las personas a las que suministramos nuestros servicios profesionales. Relevamos sus experiencias, motivaciones, necesidades y limitaciones.
Evaluamos el producto que tangibiliza nuestro servicio profesional una vez que ha sido terminado, para saber si se ajusta a las necesidades, a las expectativas y a la información que fue recabada a través de todo el proceso.
Buscamos claridad, enfatizando en el desafío que vamos a afrontar. Perseguimos obtener un planteamiento significativo y procesable de los problemas, de manera que invite a la acción.
Evaluamos la entrega de nuestro producto una vez que ha sido terminado, para saber si se ajusta a las necesidades, a las expectativas y a la información que fue recabada a través de todo el proceso.
Nos centramos en generar la mayor cantidad de ideas o alternativas posibles, buscando una transición entre la identificación de problemas y la creación de soluciones para nuestros clientes.
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